IDENTIDAD CATÓLICA |
Incluimos este magnífico ejemplo de doctrina católica que durante siglos ha servido para formar a los católicos de todo el mundo. Tras un siglo de soberbia filosófica que ha terminado en el vacío nos queda la certidumbre de que la verdad es la que se enseñaba a los niños en tiempos ya remotos: que Cristo es Dios, que debemos amar a su Santa Madre, que debemos respetar las cosas sagradas y rezar por la iglesia y por los seres queridos...
CATECISMO de la DOCTRINA
CRISTIANA
Escrito por el P. Gaspar
Astete.
Ponemos a disposición de
nuestros lectores el texto original del catecismo popularmente conocido como "el
Astete", que es un compendio simple de lo que el cristiano debe saber y cumplir
para salvarse, y de hecho este catecismo, sirvió a la gran expansión católica de
la contrarreforma y la Evangelización del Nuevo Mundo. Este catecismo permite su uso
por la
facilidad de su lenguaje y estructura. El Padre Gaspar
Astete, nacido en 1537 y muerto en 1601, fue autor de diversas obras piadosas.
Su catecismo tuvo gran difusión, y
se contabilizan más de mil ediciones. En esta pagina la parte original de Gaspar
Astete [1537-1601] aparece en letra normal; Las adiciones de Gabriel Menéndez de
Luarca [1742-1812], en letra cursiva; Las modificaciones de Benito Sanz y
Fores, entre corchetes.
INTRODUCCIÓN DE LA DOCTRINA
CRISTIANA
Todo fiel
cristiano
es muy
obligado
a tener
devoción
de todo
corazón
con la
Santa Cruz
de Cristo
nuestra luz.
Pues en
ella
quiso
morir
por nos
redimir
de la
cautividad
de
nuestro pecado
y del
enemigo malo.
Y por
tanto,
te has de
acostumbrar
a signar
y santiguar
haciendo
tres cruces:
La
primera en la frente,
porque
nos libre Dios
de los
males pensamientos;
la
segunda en la boca,
porque
nos libre Dios
de las
malas palabras;
la
tercera en los pechos,
porque
nos libre Dios
de las
malas obras y deseos;
diciendo
así: Por la señal V de la santa cruz; de
nuestros V enemigos líbranos, Señor
V Dios nuestro. En el nombre
del Padre y del Hijo V y del Espíritu Santo.
Amen.
EL PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en
los cielos, santificado sea el tu nombre, venga a nos el tu reino, hágase tu
voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle
hoy, y perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros
deudores, y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal.
Amen.
EL AVE MARIA
Dios te salve, María, llena
eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y
al Espíritu Santo.
Como era en el principio y
ahora y siempre y en los siglos de los siglos. Amen.
EL CREDO
Creo en Dios Padre
Todopoderoso, criador del cielo y de la tierra, y en Jesucristo, su único Hijo
nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de
la Virgen María, padeció debajo del poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado, descendió a Ios infiernos, al tercero día resucitó de entre
los muertos, subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre
Todopoderoso, y desde allí ha de venir a juzgar los vivos y los muertos. Creo en
el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el
perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable.
Amen.
LA SALVE
Dios te salve, Reina y Madre
de misericordia, vida y dulzura, esperanza nuestra, Dios te salve: a Ti llamamos
los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle
de lágrimas. Ea pues, Señora Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de
tu vientre. Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María, ruega por nos
Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro
Señor Jesucristo. Amen.
LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY
DE DIOS son
diez. Los tres primeros pertenecen al honor de Dios, y los otros siete al
provecho del prójimo.
El primero, amar a Dios
sobre todas las cosas.
El segundo, no jurar su
santo nombre en vano.
El tercero, santificar las
fiestas.
El cuarto, honrar padre y
madre.
El quinto, no
matar.
El sexto, no
fornicar.
El séptimo, no
hurtar.
El octavo, no levantar falso
testimonio, ni mentir.
El noveno, no desear la
mujer de tu prójimo.
El décimo, no codiciar los
bienes ajenos.
Estos diez mandamientos se
encierran en dos: en servir y amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo
como a ti mismo. Amen.
LOS ARTICULOS DE LA
FE son
catorce, los siete primeros pertenecen a la Divinidad, y los otros siete, a la
santa Humanidad de nuestro Señor Jesucristo, Dios y Hombre
verdadero.
Los que pertenecen a la
Divinidad son éstos:
El primero, creer en un solo
Dios todopoderoso.
El segundo, creer que es
Padre.
El tercero, creer que es
Hijo.
El cuarto, creer que es
Espíritu Santo.
El quinto, creer que es
Criador.
El sexto, creer que es
Salvador.
El séptimo, creer que es
Glorificador.
Los que pertenecen a la
santa Humanidad son éstos:
El primero, creer que
nuestro Señor Jesucristo, en cuanto hombre, fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo.
El segundo, creer que nació
de Santa María Virgen, siendo ella Virgen antes del parto, en el parto y después
del parto.
El tercero, creer que
recibió muerte y pasión por salvar a nosotros, pecadores.
El cuarto, creer que
descendió a los infiernos, y sacó las ánimas de los santos Padres, que estaban
esperando su santo advenimiento.
El quinto, creer que
resucitó al tercero día de entre los muertos.
El sexto, creer que subió a
los Cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso.
El séptimo, creer que vendrá
a juzgar a los vivos y a los muertos: conviene a saber, a los buenos para darles
gloria porque guardaron sus santos Mandamientos, y a los malos pena perdurable
porque no los guardaron.
DECLARACIÓN DE LA DOCTRINA
CRISTIANA POR PREGUNTAS Y RESPUESTAS
Pregunto: ¿Sois cristiano? Respondo: Sí,
por la
gracia de Dios.
P.: Ese nombre de cristiano,
¿de quién le hubisteis?
R:
De Cristo nuestro Señor.
P.: ¿Qué quiere decir
cristiano? R.: Hombre de
Cristo.
P.: ¿Qué entendéis por
hombre de Cristo? R: Hombre que tiene la fe de
Jesucristo, que profesó en el Bautismo, y está ofrecido a su santo
servicio.
P.: ¿Cuál es la señal del
cristiano?
R: La santa Cruz.
P.: ¿Por qué? R: Porque es figura de Cristo
crucificado, que en ella nos redimió.
P.: ¿En cuántas maneras usa
el cristiano esta señal? R: En
dos.
P. ¿Cuáles
son? R:
Signar y santiguar.
P.: ¿Qué cosa es
signar?
R: Hacer tres cruces con el dedo pulgar de la mano derecha, la primera en
la frente; la segunda, en la boca; la tercera, en los pechos, hablando con Dios
nuestro Señor.
P.: Mostrad
cómo.
R.:
Por la
señal de la santa Cruz + de nuestros enemigos
+ líbranos Señor Dios nuestro
+
P.: ¿Por qué os signáis en
la frente?
R: Porque nos libre Dios de los malos pensamientos.
P.: ¿Por qué en la
boca? R:
Porque nos libre Dios de las males palabras.
P.: ¿Por qué en los
pechos? R:
Porque nos libre Dios de las malas obras y deseos.
P.: ¿Qué cosa es
santiguar?
R: Es hacer una cruz con los dos dedos de la mano derecha desde la frente hasta
los pechos y desde el hombro izquierdo hasta el derecho invocando a la Santísima
Trinidad.
P.: Mostrad cómo.
R: En el
nombre del Padre y del Hijo + y del Espíritu Santo.
Amen.
P.: ¿Cuándo habéis de usar
esta señal?
R: Siempre que comenzáremos alguna buena obra, o nos viéramos en alguna
necesidad, tentación o peligro, principalmente al levantar de la cama, al salir
de casa, al entrar en la iglesia, al comer y al dormir.
P.: ¿Por qué tantas
veces? R:
Porque en todo tiempo y lugar nuestros enemigos nos combaten y
persiguen.
P.: ¿Qué enemigos son
éstos? R:
El Demonio, el Mundo y la Carne.
P.: Pues la Cruz, ¿tiene
virtud contra ellos? R: Sí, Padre.
P.: ¿De dónde tiene la Cruz
esta virtud? R: De haberlos vencido
Cristo en ella con su muerte.
P.: Cuando adoráis la Cruz,
¿cómo decís? R: Adorámoste Cristo y
bendecímoste, que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
DIVISIÓN DE LA DOCTRINA
CRISTIANA
P.: Ya hemos vista cómo sois
cristiano por el nombre y señal del cristiano; mas decidme ahora, ¿cuántas cosas
está obligado a saber y entender el cristiano cuando llega a tener uso de
razón? R:
Cuatro cosas.
P.: ¿Cuáles
son? R:
Saber lo que ha de creer, lo que ha de orar, lo que ha de obrar y lo que ha de
recibir.
P.: ¿Cómo sabrá lo que ha de
creer? R:
Sabiendo el Credo o los Artículos de la Fe.
P.: ¿Cómo sabrá lo que ha de
orar?
R.: Sabiendo el Pater noster y las demás oraciones de la
Iglesia.
P.: ¿Cómo sabrá lo que ha de
obrar? R:
Sabiendo los Mandamientos de la ley de Dios, los de la santa Madre Iglesia y las
Obras de Misericordia.
P.: ¿Cómo sabrá lo que ha de
recibir? R:
Sabiendo los Sacramentos de la santa Madre Iglesia.
PRIMERA PARTE DE LA DOCTRINA
CRISTIANA
EN QUE
SE DECLARA El CREDO Y LOS ARTICULOS DE LA FE
P.: Viniendo a lo primero,
decid: ¿quién dijo el Credo? R: Los
apóstoles.
P.: ¿Pare qué?
R: Para
informarnos en la santa fe.
P.: Y vos, ¿pare qué lo
decís? R:
Para confesar esta fe que tenemos los cristianos.
P.: ¿Qué cosa es
fe? R:
Creer lo que no vimos.
P.: ¿Visteis vos nacer a
Jesucristo?
R: No, Padre.
P.: ¿Vísteisle morir o subir
a los Cielos? R: No, Padre.
P.:
¿Creéislo?
R:Sí lo creo.
P.: ¿Por qué lo
creéis? R:
Porque Dios nuestro Señor así lo ha revelado y la santa Madre Iglesia así nos lo
enseña.
P.: ¿Qué cosas son las que
tenéis y creéis como cristiano? R: Las que tiene y cree la
santa Iglesia Romana.
P.: ¿Qué cosas son las que
vos y ella tenéis y creéis? R: Los Artículos de la Fe,
principalmente como se contienen en el Credo.
P.: ¿Qué cosas son los
Artículos de la Fe? R: Son los Misterios más
principales de ella.
P.: ¿Para qué son los
Artículos de la Fe? R.: Para dar noticia
distinta de Dios nuestro Señor y de Jesucristo nuestro Redentor.
P.: ¿Quién es Dios nuestro
Señor? R:
Es una cosa lo más excelente y admirable que se puede decir ni pensar, un Señor
infinitamente Bueno, Poderoso, Sabio, Justo, Principio y fin de todas las cosas,
[premiador de buenos y castigador de males].
P.: la Santísima Trinidad,
¿quién es? R: Es el mismo Dios Padre,
Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios
verdadero.
P.: ¿El Padre es
Dios? R:
Sí, Padre.
P.: ¿El Hijo es
Dios? R:
Sí, Padre.
P.: ¿El Espíritu Santo es
Dios?
R.: Sí, Padre.
P.: ¿Son tres
Dioses? R:
No, sino un solo Dios verdadero, como también un solo Omnipotente, un solo
Eterno y un solo Señor.
P.: ¿El Padre es el
Hijo? R::
No, Padre.
P.: ¿El Espíritu Santo es el
Padre o el Hijo? R: No, Padre.
P.: ¿Por
qué? R.:
Porque las
personas son distintas, aunque es un solo Dios verdadero.
P.:Según esto, ¿cuantas
Naturalezas, Entendimientos y Voluntades hay en Dios? R: Una sola Naturaleza,
un solo Entendimiento y una sola Voluntad.
P.: ¿Y cuantas
personas? R: Tres distintas, que
son: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
P.: ¿Cómo es Dios
todopoderoso? R: Porque con sólo su poder
hace todo cuanto quiere.
P.: ¿Cómo es
Criador? R:
Porque todo lo hizo de la nada.
P.: ¿Y para que fin ha
criado Dios al hombre? R: Para servirle en esta
vida y después gozarle en la eterna.
P.: ¿Cómo es Salvador?
R: Porque
da la gracia y perdona los pecados.
P ¿Cómo es
Glorificador? R: Porque da la Gloria a
quien persevera en su gracia.
P.: ¿Tiene Dios figura
corporal como nosotros? R: En cuanto Dios no,
porque es Espíritu puro, pero sí en cuanto Hombre.
P.: ¿Cuál de las tres
Divinas Personas se hizo Hombre? R: La segunda, que es el
Hijo.
P.: ¿El Padre, hízose
Hombre? R:
No, Padre.
P.: ¿El Espíritu Santo,
hízose Hombre? R: No, Padre.
P.: ¿Pues
quién?
R.: Solamente el Hijo, el cual hecho Hombre se llama
Jesucristo.
P.: Pues, según eso, ¿quién
es Jesucristo? R: Es el Hijo de Dios vivo,
que se hizo hombre por nos redimir y dar ejemplo de vida.
P.: ¿Y cuántas
Naturalezas, Voluntades y Entendimientos hay en
Jesucristo? R.: Dos Naturalezas, una
Divina y otra humana; dos Voluntades, Divina una y humana otra; y dos
Entendimientos, uno Divino y otro humano.
P.: ¿Y cuántas Personas y
memorias? R: Una sola Persona Divina,
que es la segunda de la SS. Trinidad, y una sola memoria humana, porque en
cuanto Dios no tiene memoria.
P.: ¿Qué quiere decir
Jesús? R:
Salvador.
P.: ¿De qué nos
salvó? R:
De nuestro pecado y del cautiverio del demonio.
P.: ¿Qué quiere decir
Cristo? R:
Ungido.
P.: ¿De qué fue ungido?
R: De las
gracias y Dones del Espíritu Santo.
P.: Cristo nuestro Señor
¿cómo fue concebido y nació de Madre Virgen? R: Obrando Dios
sobrenatural y milagrosamente.
P.:¿Por qué decís
sobrenatural y milagrosamente? R: Porque Jesucristo ni fue
concebido ni nació como los demás hombres.
P.: ¿Pues cómo se obró el
misterio de su Concepción? R: En las entrañas de la
Virgen María formó el Espíritu Santo de la purísima sangre de esta Señora un
Cuerpo perfectísimo, crió de la nada un Alma y la unió a aquel Cuerpo; y en el
mismo instante a este Cuerpo y Alma se unió el Hijo de Dios; y de esta suerte el
que antes era sólo Dios, sin dejar de serlo, quedó hecho hombre.
P.: ¿Y cómo nació
milagrosamente? R: Saliendo del vientre de
María SS. sin detrimento de su Virginidad, a la manera que el rayo del Sol sale
por un cristal sin romperlo ni mancharlo.
P.: ¿Su Madre vivió después
siempre Virgen? R: Sí, Padre,
perpetuamente.
P.: ¿Por qué quiso morir
muerte de Cruz? R: Por librarnos del
pecado y de la muerte eterna.
P.: ¿Pues cómo incurrimos en
ella? R: Pecando nuestro primer
Padre Adán. en quien todos pecamos, [a excepción de la
Inmaculada Virgen María, que fue concebida en gracia santificante por singular
privilegio].
P.:¿Qué entendéis por el
Infierno a que bajó Cristo nuestro Señor después de muerto? R.: No al lugar de los
condenados, sino al limbo donde estaban los Justos.
P.:¿Pues hay más de un
Infierno? R: Hay cuatro en el centro
de la tierra, y se llaman: Infierno de los condenados, Purgatorio, limbo de los
niños y limbo de los Justos o Seno de Abraham.
P.: ¿Y qué cosas
son? R:
El Infierno de los condenados es el lugar adonde van los que mueren en pecado
mortal, para ser en él eternamente atormentados; el Purgatorio es el lugar
adonde van las Almas de los que mueren en gracia, sin haber enteramente
satisfecho por sus pecados para ser allí purificadas con terribles tormentos; el
limbo de los niños es el lugar adonde van las Almas de los que antes del uso de
la razón mueren sin el Bautismo; y el de los Justos o seno de Abraham, el lugar
adonde, hasta que se efectuó nuestra Redención, iban las Almas de los que morían
en gracia de Dios, después de estar enteramente purgadas, y el mismo a que bajó
Jesucristo real y verdaderamente.
P.: ¿Cómo
bajó? R:
Con el Alma unida a la Divinidad.
P.: ¿Y su Cuerpo, cómo
quedó? R.: Unido con la misma
Divinidad.
P.: ¿Cómo resucitó al
tercero día? R: Tornando a juntar
su Cuerpo y Alma gloriosa para nunca más morir.
P.: ¿Como subió a los
Cielos?
R: Con su propia virtud.
P.: ¿Qué es estar sentado a
la diestra de Dios Padre? R: Tener igual
gloria con Él en cuanto Dios, y mayor que otro ninguno en cuanto
hombre.
P.: ¿Cuándo vendrá a juzgar
los vivos y los muertos? R: Al fin del
mundo.
P.:¿Y entonces han de
resucitar todos los muertos? R: Sí, Padre, con
los mismos cuerpos y almas que tuvieron.
P.: Y antes del fin del
mundo, ¿serán los hombres juzgados? R: Si, Padre, a todos al fin
de su vida juzgará y sentenciará el Señor: a los buenos a gozar eternamente de
Dios en la gloria; y a los malos a padecer eternos tormentos en el
Infierno.
P.: ¿Qué creéis cuando
decís: creo la Comunión de los Santos? R: Que los Fieles
tienen parte en los bienes espirituales de los otros, como miembros de un mismo
cuerpo, que es la Iglesia.
P.: ¿Quién es la Iglesia?
R.:
La
Congregación de los Fieles Cristianos, cuya cabeza es el Papa.
P.:¿Quién es el Papa?
R: El Sumo
Pontífice de Roma, [Maestro infalible en las cosas tocantes a la fe y a las
costumbres cuando enseña a la Iglesia universal], Vicario de Cristo en la
tierra, a quien todos estamos obligados a obedecer.
P.: Además del Credo y los
Artículos, ¿creéis otras cosas? R.: Sí, Padre, todo lo que está
en la Sagrada Escritura y cuanto Dios tiene revelado a su Iglesia.
P.:¿Qué cosas son
ésas? R:
Eso no me lo preguntéis a mí que soy ignorante; doctores tiene la santa
Madre Iglesia que lo sabrán responder.
Maestro: Bien decís que a los
doctores conviene, y no a vosotros, dar cuenta por extenso de las cosas de la
Fe; a vosotros bástaos darla de los Artículos, como se contienen en el
Credo.
SEGUNDA PARTE DE LA DOCTRINA
CRISTIANA
EN QUE
SE DECLARA LO QUE SE HA DE PEDIR Y LAS ORACIONES DE LA SANTA MADRE
IGLESIA
Ya hemos visto cómo sabéis
lo que habéis de creer, que es lo primero; vengamos a lo segundo, que es lo que
se ha de pedir.
P.: Decid: ¿quién dijo el
Padre Nuestro? R:
Jesucristo.
P.: ¿Para
qué? R:
Para enseñarnos a orar.
P.: ¿Qué cosa es orar?
R:
Es levantar
el corazón a Dios y pedirle mercedes.
P.: ¿De cuántas maneras es
la oración? R: De dos: mental y
vocal.
P.: ¿Qué cosa es la
mental? R: Es la que se hace
ejercitando las potencias del Alma: acordándonos con la memoria de alguna cosa
buena; pensando y discurriendo con el entendimiento sobre ella; y haciendo con
la voluntad varios actos como de dolor de los pecados, o varias resoluciones
como de confesarnos, de mudar de vida.
P.: ¿Qué cosa es la
vocal? R: Es la que se hace con
palabras exteriores; v. g., la que hacemos cuando rezamos el Padre
nuestro.
P.: ¿Y cómo se ha de orar?
R:
Con atención, humildad, confianza y perseverancia.
P.: Cuando decís el Padre
Nuestro, ¿con quién habláis? R: Con Dios nuestro
Señor.
P.: ¿Dónde está Dios nuestro
Señor?
R.: En todo lugar, especialmente en los Cielos y en el Santísimo
Sacramento del Altar.
P.: Y Cristo en cuanto
hombre, ¿dónde está? R: Solamente en el Cielo y
en el SS. Sacramento del Altar.
P.: ¿Cuál de las oraciones
es la mejor? R: El Pater Noster o
[Padre Nuestro].
P.: ¿Por
qué? R.:
Porque la
dijo Cristo por su boca a petición de los Apóstoles.
P.: ¿Por qué más?
R:
Porque
tiene siete peticiones fundadas en toda caridad.
P.: ¿Cuáles son?
R.:
La primera
es: santificado sea el tu Nombre.
P.: ¿Qué pedís en esa
petición?
R: Que el nombre de Dios sea conocido y honrado por todo el
mundo.
P.: ¿Cuál es la
segunda?
R: Venga a nos el tu Reino.
P.: ¿Qué pedís en esa
petición?
R: Que reine Dios en nuestras Almas acá en la tierra por gracia, y
después nos dé la Gloria.
P.: ¿Cuál es la
tercera?
R: Hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo.
P.: ¿Qué pedís en esa
petición?
R: Que hagamos la voluntad de Dios los que estamos en la tierra, como la
hacen los Bienaventurados en el Cielo.
P.: ¿Cuál es la
cuarta?
R: El pan nuestro de cada día dánosle hoy.
P.: ¿Qué pedís en esa
petición? R: Que nos dé Dios el
mantenimiento conveniente para el cuerpo, el espiritual de la gracia y
Sacramentos para el Alma.
P.: ¿Cuál es la quinta?
R.:
Perdónanos
nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.
P.: ¿Qué pedís en esa
petición?
R: Que nos perdone Dios nuestros pecados, así como nosotros hemos
perdonado a los que nos han agraviado y hecho mal.
P.: ¿Cuál es la
sexta?
R: No nos dejes caer en la tentación.
P.: ¿Qué pedís en esa
petición?
R: Que no nos deje Dios caer ni consentir en los malos pensamientos y
tentaciones con que el demonio procura hacernos caer en el pecado.
P.: ¿Cuál es la
séptima?
R: Mas líbranos del mal.
P.: ¿Qué pedís en esa
petición?
R: Que nos libre Dios de todos los males y peligros espirituales y
corporales.
P.: ¿Por qué decís primero:
Padre nuestro que estás en los Cielos? R: Para levantar el corazón a
Dios y pedirle con humildad y confianza.
P.: ¿Qué quiere decir
aquella palabra, Amen, que decís al fin? R: Así sea.
P.: ¿Qué oraciones decís
principalmente a nuestra Señora? R:: El Ave María y
la Salve.
P.: ¿Quién dijo el Ave
María?
R: El Arcángel San Gabriel, cuando vino a saludar a nuestra Señora la
Virgen María.
P.: ¿Quién dijo la
Salve?
R: La Santa Madre Iglesia la tiene recibida.
P.: ¿Pare
qué? R:
Para pedir favor a nuestra Señora.
P.: Cuando decís el Ave
María o la Salve, ¿con quién habláis? R: Con nuestra
Señora la Virgen María.
P.: ¿Quién es nuestra Señora
la Virgen María? R: Es una Señora
llena de virtudes [y gracias, que es Madre de Dios y que está en el
Cielo.
P.: Y la que está en el
altar, ¿quién es? R: Es una Imagen y
semejanza de la que está en el Cielo.
P.: ¿Pare qué está
allí? R:
Para que por ella nos acordemos de la que está en el Cielo y por ser su
Imagen le hagamos reverencia.
M. Pues lo mismo habéis de
hacer a las Imágenes de los demás Santos y a sus Reliquias.
P.: ¿Hemos de hacer oración
también a los Ángeles y a los Santos? R.: Sí, Padre, como a
nuestros medianeros.
P.: ¿Qué cosas son los
Ángeles?
R: Son unos
Espíritus bienaventurados, que están gozando de Dios en el Cielo.
P.: ¿Para qué los crió Dios
nuestro Señor? R:: Para que
eternamente le alaben y bendigan.
P.: ¿Y para qué
más? R:
Para que, como Ministros suyos, gobiernen la Iglesia y guarden los
hombres.
P.: ¿Luego vos Ángel tenéis
que os guarde? R: Sí tengo, y cada
uno de los hombres tiene el suyo.
M.: Pues tenedle mucha devoción
y encomendaos a él cada día.
TERCERA PARTE
EN QUE
SE DECLARA LO QUE SE HA DE OBRAR
Ya hemos visto lo que habéis
de creer y orar, veamos cómo sabéis lo que habéis de obrar.
P.: Decid, ¿cuál es el
primer Mandamiento de la ley de Dios? R: Amar a Dios sobre
todas las cosas.
P.: ¿Quién ama a Dios?
R:
El que
guarda sus Mandamientos.
P.: ¿Qué es amarle sobre
todas las cosas? R: Querer antes perderlas todas
que ofenderle.
P.: ¿A qué más nos obliga
este Mandamiento? R: A adorarle a Él solo con
suma reverencia de cuerpo y alma, creyendo y esperando en Él con Fe
viva.
P.: ¿Quién peca contra esto?
R:
El que
adora o cree en Ídolos o Dioses falsos; el que cree alguna cosa contra la Fe
o duda de alguno de sus Misterios o ignora los necesarios; el que no hace,
cuando está obligado, Actos de Fe, Esperanza y Caridad, o desconfía de la
misericordia de Dios o recibe indignamente algún Sacramento.
P.: ¿Quién
más? R:
El que cree en agüeros o usa de hechicerías o cosas
supersticiosas.
P.: ¿Cuál es el
segundo?
R: No jurar su Santo Nombre en vano.
P.: ¿Quién se dice jurar en
vano? R:
El que jura sin verdad, sin justicia o sin necesidad.
P.: ¿Qué es jurar sin
verdad? R: Jurar contra lo que uno
siente o con mentira.
P. ¿Y cómo peca el que jura
sin verdad, o con duda de sí lo que jura es verdad? R: Mortalmente, aunque el
juramento sea sobre cosa leve.
P.: ¿Qué es jurar sin
justicia? R: Jurar una cosa injusta y
mala, como hacer algún mal al prójimo.
P.: ¿Y cómo peca el que jura
sin justicia? R: Mortalmente, si la cosa
injusta es grave, y, venialmente, si leve.
P.: ¿Qué es jurar sin
necesidad? R: Jurar sin causa grave o
por cosas de poco momento.
P.: ¿Y qué pecado es éste?
R:
Venial, no faltando ni a la verdad ni a la justicia del
juramento.
P.: ¿Y el que jura o hace
voto o promesa de hacer alguna cosa buena está obligado a
cumplirla?
R: Si,
Padre, y el no cumplirla o dilatarla notablemente, [sin causa suficiente,
exponiéndose a no poder cumplirla], es pecado mortal siendo la materia
grave.
P.: ¿Y es pecado jurar en
vano por las criaturas? R: Sí, Padre, porque
se jura el Criador en ellas.
P.: ¿Cómo se jura por las
criaturas? R: Diciendo, v. g., por mi
Alma, por el Cielo, por la tierra, etc., que esto es así.
P.: ¿Qué remedio hay para no
jurar en vano? R: Acostumbrarse a decir sí o
no como Cristo nos enseña.
P.: ¿Y se prohibe alguna
cosa más en este Mandamiento? R: Si, Padre, se prohibe
también la blasfemia, que es decir palabras injuriosas contra Dios o sus Santos,
lo que es pecado mortal.
P.: ¿Cuál es el
tercero?
R: Santificar las Fiestas.
P.: ¿Quién santifica las
Fiestas?
R: El que
oye Misa entera y no trabaja sin necesidad en ellas.
P.: ¿Y cómo peca el que
trabaja sin necesidad en las Fiestas? R : Mortalmente si trabaja
más de dos horas; y, si menos de ellas, venialmente por lo
regular.
P.: ¿Cuál es el cuarto?
R: Honrar
Padre y Madre.
P.: ¿Quién honra a los
Padres?
R:: El que los obedece, socorre y reverencia.
P.: ¿Quiénes pecan
mortalmente contra esto? R: Los hijos que no
obedecen a sus Padres en las cosas tocantes al gobierno de la casa y buenas
costumbres; los que no los socorren en sus necesidades; los que les maldicen o
hacen burla de ellos o les levantan la mano y los que tratan de contraer
matrimonio sin su bendición y consejo.
P.: ¿Quiénes otros son
entendidos por los Padres? R: Los mayores en edad,
dignidad y gobierno.
P.: ¿Y en este Mandamiento
se comprenden más obligaciones que las de los hijos para con los
Padres? R :Sí, Padre, las de
los Superiores para con sus inferiores y las de los Padres para con los
hijos.
P.: ¿Y cuáles son
éstas? R.: Alimentarlos,
enseñarlos, corregirlos, darles buen ejemplo y estado competente a su
tiempo.
P.: ¿Cómo pecan los que
faltan a ellas? R: Regularmente
mortalmente.
P.: ¿Cuál es el
quinto?
R: No matar.
P.: ¿Qué se manda en este
Mandamiento? R: No hacer mal a nadie ni en
hecho, ni en dicho, ni aún por deseo.
P.: ¿Y quién peca
mortalmente contra este Mandamiento? R: EI que a sí mismo o a su
prójimo desea la muerte o algún otro mal grave o le tiene odio; el que a otro
mata, hiere o da de golpes; el que se embriaga, come cosas gravemente nocivas a
su salud, pone en peligro su vida o se la quita; y el que a sí mismo o a otros
maldice.
P.: ¿Qué cosa es
maldecir? R: Pedir uno para sí o para
otro algún mal, como diciendo: ahí te caigas muerto.
P: ¿Y qué pecado es
maldecir? R: Si es con deseo de mal
grave, pecado mortal.
P.: ¿Y si es sin tal
deseo? R: Venial, aunque no todas
las veces.
P.: ¿Pues quiénes pecan
mortalmente maldiciendo sin tal deseo? R.: Regularmente los Padres
y Superiores que maldicen delante de sus inferiores y los que tienen costumbre
de ejecutarlo y no hacen diligencias para arrancarla.
P.: ¿Y por qué
así?
R: Porque con sus dichos y malos ejemplos incitan a otros a ofender a Dios
gravemente, lo que se llama escándalo.
P.: ¿Cuál es el
sexto? R:
No fornicar.
P.: ¿Qué se manda en este
Mandamiento? R: Que seamos
limpios y castos en pensamientos, palabras y obras.
P.: ¿Quiénes pecan
mortalmente contra este Mandamiento? R.: los que advertidamente
se deleitan en pensamientos impuros, aunque no los pongan ni deseen poner por
obra; los que hablan y cantan cosas torpes o con complacencia las oyen; y los
que consigo mismo o con otros tienen tocamientos o acciones deshonestas o las
desean ejecutar.
P.: ¿Cuál es el
séptimo?
R: No hurtar.
P.: ¿Qué se manda en este
Mandamiento? R:: No quitar, ni
tener ni querer lo ajeno contra la voluntad de su dueño.
P.: ¿Y quiénes pecan
mortalmente contra esto? R: los que ejecutan
cualquiera de estas cosas o de alguna otra manera hacen daño al prójimo en sus
bienes en materia grave.
P.: ¿Y los que en esto hacen
daño al prójimo en sus bienes de cualquiera manera que sea quedan con alguna
obligación? R: Quedan con la grave de
restituirle y satisfacerle cuanto antes todos los daños que le han
hecho.
P.: ¿Cuál es el octavo?
R:
No levantar
falso testimonio ni mentir.
P.: ¿Qué se manda en este
Mandamiento? R: No juzgar
ligeramente, esto es, sin motivo ni fundamento, mal del prójimo, ni decir
ni oír sus defectos.
P.: ¿Quién quebranta este
Mandamiento? R: El que contra razón juzga,
esto es, sin bastante fundamento para ello, infama, descubre secreto o
miente.
P.: ¿Y el que al prójimo
infama gravemente diciendo de él algún delito falso, o verdadero pero oculto,
echándole en cara sus defectos, queda con alguna
obligación? R: Con la de restituirle y
satisfacerle la honra o
fama que le ha quitado.
P.: ¿Qué se veda en el nono
y décimo Mandamientos? R: Las codicias
sensuales y deseos de hacienda.
M.: Decid los Mandamientos de la santa
Madre Iglesia: R: Los Mandamientos
de la santa Madre Iglesia son cinco:
El primero, oír Misa entera
todos los Domingos y Fiestas de guardar.
El segundo, confesar a lo
menos una vez en el año o antes si espera haber peligro de muerte o si ha de
comulgar.
El tercero, comulgar por
Pascua Florida.
El cuarto, ayunar cuando lo
manda la santa Madre Iglesia.
El quinto, pagar diezmos y
primicias a la Iglesia de Dios.
P.: ¿Para qué son estos
Mandamientos? R: Para mejor guardar los
divinos.
P.: Y el primero de oír
misa, ¿a quiénes obliga? R: A todos los bautizados
que tienen uso de razón.
P. ¿Y cómo la han de
oír?
R.: Estando presentes en ella con atención a alguna cosa espiritual, como
meditando o rezando con devoción.
P.: Y el que no estando
legítimamente impedido no la oye, o está en ella o en parte notable sin
atención, o se pone en peligro de no oírla, ¿cómo peca? R.:
Mortalmente.
P.: Y el segundo y tercero
de confesar y comulgar, ¿a quiénes obligan? R: Debajo de pecado mortal
obligan a todos los cristianos que tienen uso de razón.
P.: Y los que se confiesan y
comulgan sacrílegamente, ¿cumplen con ellos? R: De ninguna manera, y en
cada una de estas dos cosas cometen dos pecados mortales.
P.: Y si uno en peligro de
muerte no tiene Confesor, ¿qué debe hacer? R : Un Acto de perfecta
contrición con propósito de confesarse.
P: Y el cuarto que es
ayunar, ¿a quiénes obliga? R: A los que han cumplido
veintiún años .
P.: ¿Y cómo se ha de ayunar?
R:
Absteniéndose uno de manjares prohibidos y comiendo una sola vez al
mediodía.
P.: Y sin faltar a esto, ¿se
podrá tomar por la mañana alguna cosa? R: Con causa, aunque leve,
se podrá tomar como una onza.
P.: ¿Y a la
noche? R: Se puede tomar de
colación lo que se usa entre gente de buena conciencia, preguntando sobre esto
en caso de duda a un docto Confesor.
P.: Y los que sin legítima
causa no ayunan ¿cómo pecan? R:
Mortalmente.
P.: Y los preceptos de no
comer carne en día de ayuno y abstinencia; de no mezclar en éstos carne y
pescado; y de no comer huevos y lacticinios en la Cuaresma no teniendo Bula, ¿a
quiénes obligan? R:A todos los que tienen uso
de razón.
[P.: ¿En qué días obliga el
precepto del ayuno? R: En todos los días de
Cuaresma, excepto los domingos; en los tres días de las cuatro Témporas del año;
en los viernes y sábados de Adviento, y en las vigilias de Natividad,
Pentecostés, San Pedro y San Pablo, Santiago, Patrón de España, Asunción de la
Santísima Virgen y Todos los Santos.
P.: ¿Y los que no han
cumplido veintiún años tienen alguna obligación en los días de
ayuno?
R: Sí,
Padre, están obligados a abstenerse de carnes; y en la Cuaresma, además de
carnes, de huevos y lacticinios
P.: ¿Hay más días de
abstinencia que los de ayuno? R: Sí, Padre, son
también de abstinencia los Domingos de Cuaresma y todos los viernes del
año].
P.: ¿Y cómo pecan los que no
los observan? R: Mortalmente todas las
veces que al día faltaren a ellos.
[P.: ¿Tenemos nosotros en
España algún privilegio que nos dispensa de la abstinencia de carnes, huevos y
lacticinios? R: Sí, Padre, la Bula de la
Santa Cruzada y el privilegio llamado Bula de carne; pero los así dispensados no
pueden mezclar carne y pescado en una misma comida, y además han de observar la
abstinencia el miércoles de Ceniza, los viernes de Cuaresma, los cuatro últimos
días de Semana Santa y las vigilias de Navidad, Pentecostés, San Pedro y San
Pablo y Asunción de nuestra Señora.
P.: ¿Qué condiciones se
imponen para usar de estos privilegios? R: Dar la limosna
señalada a cada clase de personas, escribir el nombre del que toma la Bula y
cumplir lo que en ella se manda para ganar las indulgencias.
P.: ¿En qué se emplean las
limosnas que dan los que toman las Bulas? R: Las limosnas de
la Bula de la Cruzada se aplican a las necesidades de las Iglesias pobres, y las
de la Bula de carne a las casas de Beneficencia, como hospicios y
hospitales].
M.: Decid las Obras de
Misericordia. Las Obras de Misericordia
son catorce, las siete espirituales y las siete corporales. Las Espirituales son
éstas:
La primera, enseñar al que
no sabe.
La segunda, dar buen consejo
al que lo ha menester.
La tercera, corregir al que
yerra.
La cuarta, perdonar las
injurias.
La quinta, consolar al
triste.
La sexta, sufrir con
paciencia las adversidades y flaquezas de nuestros prójimos.
La séptima, rogar a Dios por
los vivos y muertos.
Las Corporales son
éstas:
La primera, visitar los
enfermos.
La segunda, dar de comer al
hambriento.
La tercera, dar de beber al
sediento.
La cuarta, redimir al
cautivo.
La quinta, vestir al
desnudo.
La sexta, dar posada al
peregrino.
La séptima, enterrar los
muertos.
P.: ¿Por qué se llaman de
misericordia? R: Porque no se deben de
justicia.
P.: ¿Cuándo obligan de
precepto? R: En necesidades que a juicio
de hombres discretos sean graves.
P.: Y por estas Obras de
Misericordia y otras buenas que ejecuta el cristiano, ya sean de precepto, ya de
devoción, ¿qué consigue? R: Si está en gracia de
Dios, merecer por ellas aumento de gracia y de gloria, satisfacer con ellas por
sus pecados y alcanzar del Señor bienes así espirituales como temporales, si le
convienen.
P.: ¿Y por qué decís: sí
esta en gracia de Dios? R: Porque las obras buenas
hechas por los que están en pecado mortal ni son meritorias ni satisfactorias,
sino solamente impetratorias, en cuanto por ellas de alguna manera se pueden
conseguir algunos beneficios del Señor.
CUARTA
PARTE
EN QUE
SE DECLARAN LOS SACRAMENTOS QUE SE HAN DE RECIBIR
Ya hemos visto cómo sabéis
lo que habéis de creer, orar y obrar; veamos cómo sabéis lo que habéis de
recibir, que es lo postrero. Decid los Sacramentos.
Los Sacramentos de la santa
Madre Iglesia son siete. Los cinco primeros son de necesidad, de hecho o de
voluntad, sin los cuales no se puede salvar el hombre, si los deja por
menosprecio; los otros dos son de voluntad.
El primero, Bautismo.
El segundo, Confirmación.
El tercero, Penitencia.
El cuarto,
Comunión.
El quinto, Extrema-Unción.
El sexto, Orden.
El séptimo,
Matrimonio.
P.:¿Qué cosas son los
Sacramentos? R: Unas señales exteriores
instituidas por Cristo nuestro Señor, para darnos por ellas su gracia y las
virtudes.
P.:¿Qué cosa es
gracia?
R: Es un
ser divino que hace al hombre hijo de Dios y heredero del Cielo.
P.:¿Y cómo se llama esta
gracia? R:
Santificante.
P.: ¿Y hay algún otro género
de gracias, además de esta? R: Hay otras que llamamos
actuales o auxilios e inspiración, sin las cuales ni podemos principiar ni
continuar ni concluir cosa conducente para la vida eterna.
P.: ¿Y estas que
son?
R: Ciertos socorros que Dios nos da para evitar el mal y obrar el bien, como los
Sermones, los buenos ejemplos, las muertes repentinas; ciertas luces con que
Dios ilustra nuestros entendimientos y unos santos deseos con que excita
nuestras voluntades para el bien.
P.: ¿Qué virtudes dan los
Sacramentos juntamente con la gracia? R: Principalmente
tres teologales y divinas.
P.: ¿Cuáles
son? R:
Fe, Esperanza y Caridad.
P.: ¿Qué cosa es
Fe? R:
Creer lo que no vimos, porque Dios lo ha revelado.
P.: ¿Qué cosa es Esperanza?
R:
Esperar la
gloria, mediante la gracia de Dios y nuestras buenas obras.
P.: ¿Qué cosa es Caridad?
R: Amar a
Dios sobre todas las cosas, y a nuestros prójimos como a nosotros mismos,
habiéndonos con ellos como quisiéramos que se hubiesen con nosotros.
P.: ¿Para qué fue instituido
el Sacramento del Bautismo? R: Para quitar el pecado
original y otro cualquiera que hubiere en el que se bautiza.
P.: ¿Qué es pecado
original?
R: Aquél con que todos nacemos heredado de nuestros primeros padres.
P.: Y en caso de necesidad
¿quién puede bautizar? R: Cualquiera hombre o
mujer que tenga uso de razón.
P.: ¿Y cómo lo ha de
ejecutar? R: Derramando agua natural
sobre la cabeza de la criatura y diciendo con intención de bautizar: Yo te
bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
P.: ¿Para qué es el
Sacramento de la Confirmación? R: Para confirmarnos
y fortalecernos la Fe que recibimos en el Bautismo.
P.: ¿Y el que tiene uso de
razón y recibe este Sacramento en pecado mortal peca? R:
Mortalmente.
P.: ¿Pues qué ha de hacer
para no pecar recibiéndole? R: Disponerse antes
haciendo una buena confesión.
P.: ¿Para qué es el
Sacramento de la Penitencia? R: Para perdonar los pecados
cometidos después del Bautismo.
P.: ¿Qué pecados son
éstos?
R: los
mortales y también los veniales.
P.: ¿Qué es pecado mortal?
R.: Es
decir,
hacer, pensar o desear algo contra la ley de Dios en materia grave.
P.: ¿Por qué se llama
mortal? R: Porque mata el alma del que
le hace.
P.: ¿Y cuándo recibimos el
Sacramento de la Penitencia? R: Cuando nos confesamos
bien y recibimos la absolución.
P.: ¿Qué partes tiene la
penitencia para quitar el pecado mortal? R: Tres.
P.: ¿Cuáles son?
R:
Contrición
de corazón, confesión de boca y satisfacción de obra.
P.: ¿Y en estas tres cosas
precisas en el que quiere recibir este Sacramento se incluyen
otras? R.: Si, P., en la
contrición se incluye el propósito de la enmienda, y en la confesión el examen
de conciencia.
P.: Según esto, ¿cuántas
cosas son necesarias para recibirse el Sacramento de la Penitencia o confesarse
uno bien? R: Cinco, que son: examen
de conciencia, contrición de corazón, propósito de la enmienda, confesión de
boca y satisfacción de obra.
P.: ¿Qué es examen de
conciencia? R : Es hacer las
diligencias conducentes para acordarse uno de los pecados no confesados,
discurriendo por los Mandamientos de Dios y de la Iglesia, por los parajes donde
ha andado y ocupaciones que ha tenido después de haber pedido luz a Dios para
conocer sus culpas.
P.: ¿De cuantas maneras es
la contrición de corazón? R:. De dos: una perfecta y
otra menos perfecta, que llaman atrición.
P.: ¿Qué es contrición
perfecta? R: Un dolor o pesar de
haber ofendido a Dios por ser quien es, esto es, por ser sumamente bueno, con
propósito de confesarse, enmendarse y cumplir la penitencia.
P. ¿Y qué es
atrición? R: Un dolor o pesar de
haber ofendido a Dios o por la fealdad del pecado, o por temor del infierno, o
por haber perdido la gloria, con propósito de confesarse, etc.
P.: ¿Y cuál de estos dolores
es mejor? R: El de perfecta
contrición.
P.: ¿Y por qué?
R:
Porque el de perfecta contrición nace de amor filial, y el de atrición, de
temor; por el de perfecta contrición, antes que uno se confiese, se le perdonan
los pecados mortales y se pone en gracia de Dios, mas por sólo el de atrición no
se consiguen estos efectos.
P.: ¿Y, para confesarse uno
bien, basta el dolor de atrición, o se requiere el de perfecta contrición?
R:
Comúnmente se dice bastar el de atrición; pero mejor y más seguro es llevar el
de perfecta contrición, y ésta ha de procurar tener el que se
confiesa.
P.: ¿Y cuándo se ha de tener
el dolor? R: Antes que el confesor
absuelva al penitente.
P.: ¿Qué cosa es
propósito? R: Una firme resolución de
nunca jamás ofender a Dios gravemente.
P.: ¿Qué es confesión de
boca? R: Es manifestar sin engaño
ni mentira todos los pecados mortales al Confesor con ánimo de cumplir la
penitencia.
P.: Y el que calla por
vergüenza algún pecado mortal, o confiesa alguno grave que no ha cometido, o
hace su confesión sin dolor, o sin propósito, o sin ánimo de cumplir la
penitencia, ¿se confiesa bien? R: No ,P., comete un gran
sacrilegio y queda con la obligación de volver a confesarse de los pecados que
confesó y no confeso, con el de sacrilegio que hizo.
P.:¿Y quiénes pueden creer
no haber tenido dolor ni propósito en sus confesiones? R: Los que no se apartan de
las ocasiones, y los que después de una y otra confesión caen en unos mismos
pecados.
P.:. Y para excitarse uno a
formar dolor y propósito verdadero. ¿qué le será conveniente hacer?
R:
Antes de llegarse a confesar, pedir al Señor le socorra con sus auxilios,
meditar un rato o en los beneficios que el Señor le ha hecho, o en su pasión y
muerte, o en su bondad, y una o más veces decir el acto de contrición.
P.: ¿Qué cosa es
satisfacción de obra? R: Es satisfacer a Dios por
las penas temporales debidas por los pecados, cumpliendo la penitencia que
impone el Confesor.
P.:¿Y cómo peca el que no
cumple la penitencia o dilata macho tiempo el cumplirla? R: Mortalmente, siendo la
penitencia grave.
P.: ¿Y podemos satisfacer a
Dios por las penas temporales más que con la penitencia que se nos
impone? R: Si, P., con todo género
de obras buenas hechas en gracia de Dios y ganando indulgencias.
P.: ¿Y qué cosas son las
indulgencias? R.: Unas gracias por las
cuales se concede la remisión de la pena temporal que se ha de pagar por los
pecados en esta vida o en la otra.
P.: ¿ Y cómo se han de
ganar? R.: Haciendo en estado de
gracia lo que se manda a este fin.
P.: Y los que por no
satisfacer en esta vida van al purgatorio, ¿nosotros les podemos socorrer y
ayudar? R: Si, P., con las mismas
obras con que podemos satisfacer.
P.: ¿Y es menester siempre que
uno cae en pecado mortal confesarse luego para que se le perdone?
R:
Bien sería,
pero no es necesario.
P.: ¿Pues qué ha de
hacer?
R: Tener
verdadero dolor de perfecta contrición de sus pecados, con propósito de
enmendarse y confesarse cuando lo manda la santa madre Iglesia.
P.: ¿Qué cosa es pecado
venial?
R: Es una
disposición del pecado mortal.
P.:¿Por qué se llama
venial?
R: Porque
ligeramente, esto es, con facilidad, cae el hombre en él y ligeramente se
le perdona.
P.: ¿Por cuántas cosas se le
perdona?
R: Por nueve.
P.: ¿Cuáles
son? R:
La primera,
por oír Misa.
La segunda, por
comulgar.
La tercera, por decir la
Confesión general.
La cuarta, por Bendición
Episcopal.
La quinta, por Agua
Bendita.
La sexta, por pan
bendito.
La séptima, por decir el
Pater Noster.
La octava, por oír
Sermón.
La nona, por golpes de
pechos pidiendo a Dios perdón.
P.: ¿Por qué añadís:
pidiendo a Dios perdón? R: A fin de dar a entender
que, para conseguir el perdón de los veniales por estas cosas, hemos de tener
algún dolor sobrenatural de ellos.
P.: ¿ Y estamos obligados a
confesar los pecados veniales? R: No, P., mas es bueno y
provechoso.
P.: Y al que después de la
última confesión tiene solos veniales, ¿qué le será conveniente hacer para
asegurar el dolor y propósito? R: Confesar también, aunque
se confiese de éstos, algún pecado mortal de la vida pasada.
P.: ¿Para qué es el
Santísimo Sacramento de la Comunión? R: Para que, recibiéndole
dignamente, sea mantenimiento de nuestras almas y nos aumente la
gracia.
P. ¿Por qué decís
dignamente? R: Para manifestar que este
Sacramento no será mantenimiento de nuestras Almas si no le recibimos con la
disposición necesaria, tanto de parte del Alma como de parte del
Cuerpo.
P.: ¿Pues qué disposición es
necesaria de parte del Alma? R: Estar en gracia de
Dios.
P.: Y el que cayó en pecado
mortal, ¿cómo se ha de disponer para comulgar? R:
Confesándose.
P.: Y el que, después de
confesado, se acuerda de algún pecado grave, ¿qué debe
hacer? R: Confesarlo
antes.
P.: ¿Y de parte del cuerpo,
qué disposición se requiere? R: Llegar (no siendo la
comunión por viático) en ayunas, sin haber comido ni bebido cosa alguna desde
las doce de la noche antecedente.
P.: ¿Qué recibís en el
Santísimo Sacramento de la Comunión? R.: A Cristo,
verdadero Dios y Hombre, que está verdaderamente en el Santísimo Sacramento del
Altar.
P.: ¿Según eso, quien está
en la hostia después de la consagración? R: El Cuerpo de
Jesucristo, juntamente con su sangre, alma y divinidad.
P. ¿Y en el
cáliz? R.: La sangre de Jesucristo
juntamente con su cuerpo, alma y divinidad.
P.:. Según eso, ¿todo
Jesucristo esta en la hostia y en el cáliz? R.: Todo Jesucristo esta en
la hostia y todo en cualquiera parte de ella y lo mismo en el
cáliz.
P.: Y, después de la
Consagración, ¿hay en la Hostia pan o en el Cáliz vino? R.: No, P., sino los
accidentes de pan y vino, como olor, color, saber, etc.
P.: Y si se parte la Hostia
o divide lo que hay en el Cáliz, ¿se parte o divide
Jesucristo? R: No, P., todo entero
queda en todas y cada una de las partes.
P.: ¿Y el que llega a la
comunión, sin las disposiciones dichas, recibe también a
Jesucristo? R: Si, P., mas sin provecho
alguno, porque comete un gravísimo pecado.
P. Y aquellos a quienes
aprovecha, además de lo dicho, ¿qué les será conveniente hacer para que consigan
mayores frutos? R.: Considerar, antes de
comulgar, quién es el Señor que viene a ellos, ejercitarse en actos de fe,
esperanza y caridad, recibirlo con grande humildad y reverencia y después darle
gracias por tan grande beneficio.
P.: ¿Para qué es el
Sacramento de la Extrema Unción? R: Para tres
cosas.
P.: ¿Cuáles
son? R:
La primera, para quitar los rastros y reliquias de la mala vida
pasada.
La segunda, para dar
esfuerzo al alma contra las tentaciones del demonio.
La tercera, para dar salud
al cuerpo, si le conviene.
P.: ¿Y tienen obligación los
que llegaren al uso de la razón y se hallaren enfermos de peligro de recibir
este Sacramento? R: Sí, P., y pecan
mortalmente, si pudiendo no lo reciben o lo hacen en pecado
mortal.
P.: ¿Pues qué ha de hacer el
que se halla en pecado mortal para recibirlo dignamente? R: Confesarse antes, y, no
pudiendo ejecutarlo, hacer un acto de perfecta contrición.
P.: ¿Para qué es el
Sacramento de la Orden? R: Para consagrar y
Ordenar dignos Ministros de la Iglesia como son Sacerdotes, Diáconos y
Subdiáconos.
P.: ¿Y los Ministros de la
Iglesia, particularmente los Sacerdotes, deben ser respetados y venerados con
especialidad? R: Si,
Padre.
P.:¿Para qué es el Sacramento
del Matrimonio? R: Para casar y dar
gracia a los casados, con la cual vivan entre sí pacíficamente y críen hijos
para el Cielo.
P.: ¿Y es necesario para
recibir dignamente este Sacramento estar los que se casan en gracia de
Dios? R: Si, P., debajo de pecado
mortal.
P.: Y los que no se hallan
en gracia de Dios, ¿cómo se han de disponer para
recibirlo? R:
Confesándose.
LOS PECADOS CAPITALES SON
SIETE
El primero,
Soberbia.
El segundo,
Avaricia.
El tercero,
Lujuria.
El cuarto, Ira.
El quinto, Gula.
El sexto,
Envidia.
El séptimo,
Pereza.
P.:¿Por qué llamasteis
pecados Capitales a los siete que comúnmente se llaman mortales? R: llámanse Capitales
porque son cabeza, como fuentes y raíces de otros vicios que de ellos nacen; y
llamarse mortales no les cuadra tan bien, pues muchas veces no son más que
veniales.
P.: ¿Cuándo son
mortales? R: Cuando son contra la caridad
de Dios y del prójimo.
P.: ¿Cuándo son contra la
caridad? R: Cuando por ellos se quebranta algún Mandamiento de Dios o de la
Iglesia en cosa grave.
P.: ¿Qué es
Soberbia?
R: Un apetito desordenado de ser preferido a otros.
P.: ¿Qué es
Avaricia?
R.: Un apetito desordenado de hacienda.
P.: ¿Qué es
lujuria? R:
Un apetito desordenado de sucios y carnales deleites.
P.: ¿Qué es
Ira? R.:
Un apetito desordenado de venganza.
P.: ¿Qué es
Gula?
R.: Un apetito desordenado de comer y beber.
P.: ¿Qué es Envidia?
R:
Un pesar
del bien ajeno.
P.: ¿Qué es Acidia o
Pereza?
R: Un caimiento de ánimo en bien obrar.
CONTRA ESTOS VICIOS HAY
SIETE VIRTUDES
Contra Soberbia, Humildad.
Contra Avaricia, Largueza. Contra Lujuria, Castidad. Contra Ira, Paciencia.
Contra Gula, Templanza. Contra Envidia, Caridad. Contra Pereza,
Diligencia.
LOS ENEMIGOS DEL ALMA, DE
QUE HEMOS DE HUIR, SON TRES
El primero es el Mundo. El
segundo, el Demonio. El tercero, la Carne.
P.: ¿Quién es el
Mundo? R: Son los hombres
mundanos, malos y perversos.
P.: ¿Quién es el
Demonio? R: Es un Ángel, que,
habiéndolo criado Dios en el Cielo, por haberse rebelado contra su Majestad, con
otros muchos, le precipitó en los Infiernos con los compañeros de su maldad, que
llamamos Demonios.
P. :¿Quién es la
Carne? R: Es nuestro mismo cuerpo
con sus pasiones y malas inclinaciones.
P.: ¿Cómo se vence y
huye del mundo? R: Éste se huye y
vence con menosprecio de sus pompas y vanidades.
P.: ¿Cómo se vence y huye
del demonio? R: Con oración y
humildad.
P.: ¿Cómo se vence y huye
de la carne? R: Esta se huye y vence con
asperezas, disciplinas y ayunos; éste es el mayor enemigo, porque la carne no la
podemos echar de nosotros; al mundo y al Demonio, Sí.
LAS VIRTUDES TEOLOGALES SON
TRES
La primera, Fe.
La segunda, Esperanza.
La tercera,
Caridad.
P.: ¿Y cómo no faltaremos a
la obligación que tenemos de hacer actos de estas virtudes?
R:.
Rezando con devoción y frecuencia (como es justo que cualquier cristiano lo
ejecute) el Credo y el Padre Nuestro diciendo de corazón el acto de
contrición.
LAS VIRTUDES CARDINALES SON
CUATRO
La primera, Prudencia.
La segunda, Justicia.
La tercera,
Fortaleza.
La cuarta,
Templanza.
LOS SENTIDOS CORPORALES SON
CINCO
El primero, ver con los
ojos.
El segundo, oír con los
oídos.
El tercero, gustar con la
boca.
El cuarto, oler con las
narices.
El quinto, tocar con las
manos.
P.: ¿Para qué nos dio Dios
los sentidos y todos los demás miembros? R: Para que con todos le
sirviésemos en todas las cosas.
LAS POTENCIAS DEL ALMA SON
TRES
Memoria, Entendimiento y
Voluntad.
P.: ¿Para qué nos dio Dios
la memoria?
R: Para acordarnos de Él y de sus beneficios.
P.: ¿Para qué nos dio Dios
el entendimiento? R: Para conocer a
Dios nuestro Señor y pensar en Él.
P.: ¿Para qué nos dio la
voluntad?
R: Para que le amemos como a suma Bondad y al prójimo por Él.
P.: ¿Y qué cosa es nuestra
Alma, cuyas son estas potencias? R: Es un espíritu inmortal
creado por Dios de la nada a su imagen y semejanza.
LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO
SON SIETE
El primero, Don de
Sabiduría.
El segundo, Don de
Entendimiento.
El tercero, Don de Consejo.
El cuarto, Don de Ciencia.
El quinto, Don de Fortaleza.
El sexto, Don de Piedad.
El séptimo, Don de Temor de
Dios.
LOS FRUTOS DEL ESPIRITU
SANTO SON DOCE
El primero, Caridad.
El segundo, Paz.
El tercero, longanimidad.
El cuarto, Benignidad.
El quinto, Fe.
El sexto, Continencia.
El séptimo, Gozo.
El octavo, Paciencia.
El nono, Bondad.
El décimo, Mansedumbre.
El undécimo, Modestia.
El duodécimo,
Castidad.
LAS BIENAVENTURANZAS SON
OCHO
1ª Bienaventurados los
pobres de Espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
2ª Bienaventurados los
mansos, porque ellos poseerán la tierra.
3ª Bienaventurados los que
lloran, porque ellos serán consolados.
4ª Bienaventurados los que
han hambre y sed de la Justicia, porque ellos serán hartos.
5ª Bienaventurados los
misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
6ª Bienaventurados los
limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
7ª Bienaventurados los
pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
8ª Bienaventurados los que
padecen persecución por la Justicia, porque de ellos será el Reino de los
Cielos.
P.: ¿Qué hemos dicho
ahora?
R: Las ocho Bienaventuranzas.
P.: ¿Qué cosas son estas
ocho Bienaventuranzas? R: Las mejores obras de las
Virtudes y Dones del Espíritu Santo.
P.: ¿Quiénes son los pobres
de Espíritu? R: Los que no
quieren, a lo menos con el afecto, honras ni riquezas ni aun
moderadas.
P.: ¿Quiénes son los mansos?
R: Los que
no tienen ira ni aun casi movimiento de ella.
P.: ¿Cómo poseerán la
tierra? R.:
Como señores de sí mismos.
P.: ¿Quiénes son los que
lloran?
R: Los que
dejan los placeres aun moderados.
P.: ¿Quiénes son los que han
hambre y sed de la Justicia? R: Los que hacen con ansia el
deber en todo.
P.: ¿Quiénes son los
misericordiosos? R: Los muy piadosos
aun con los extraños.
P.: ¿Quiénes son los limpios
de corazón?
R: Los que son del todo mortificados en sus pasiones.
P.: ¿Quiénes son los
pacíficos?
R: Los obradores de la paz en sí y en otros.
P.: ¿Quiénes son los que
padecen persecución por la Justicia? R.: Los que están
firmes en todo, aunque los persigan.
P.: ¿Por qué éstas se llaman
Bienaventuranzas? R.: Porque en ellas
consiste la de esta vida y la esperanza de la otra.
LOS
NOVISlMOS O POSTRIMERIAS DEL HOMBRE SON CUATRO
P.: ¿Cuántos son los
Novísimos? R: Cuatro, es a saber:
Muerte, Juicio, Infierno y Gloria.
P.:¿Qué es la
Gloria? R.: Un estado perfectísimo,
en el cual se hallan todos los bienes sin experimentarse mal alguno; como en el
Infierno se hallan todos los males sin experimentarse bien
alguno.
P.: Y para libertarnos de
éste y conseguir aquélla, ¿qué hemos de ejecutar? R: Guardar los
Mandamientos.
P.: ¿Y hay algunos medios
conducentes para que con mayor facilidad podamos guardar éstos y preservarnos de
faltar a ellos? R: Sí, Padre.
P.: ¿Cuáles son?
R:
La frecuencia de los Santos Sacramentos, el ofrecer a Dios las obras por la
mañana, el oír Misa todos los días y rezar el Rosario a la Santísima Virgen, la
lección espiritual, la meditación, el examen de la conciencia por las noches y,
por decir uno que abraza muchos, elegir un Confesor sabio, virtuoso y prudente y
sujetarse a él en todo.
M. Bien decís, porque la
elección de un buen Confesor, como dice San Francisco de Sales, es la
advertencia de las advertencias. Hacedlo, pues, vosotros así, pues éste será
como un Ángel que os guiará, proponiéndoos éstos y otros medios para que
caminéis por las sendas de los Mandamientos y lleguéis a ver a Dios en la
gloria, que es el fin para que fuimos criados.
El Señor nos lleve a todos
allá. R: Amen.
LA CONFESIÓN EN
ROMANCE
Yo, pecador, me confieso a
Dios todopoderoso, a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado
San Miguel Arcángel, a San Juan Bautista, a los Santos Apóstoles San Pedro y San
Pablo, a todos los Santos y a vos, Padre, que pequé gravemente con el
pensamiento, palabra y obra, por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima
culpa. Por tanto, ruego a la Bienaventurada siempre Virgen María, al
bienaventurado San Miguel Arcángel, a San Juan Bautista, a los Santos Apóstoles
San Pedro y San Pablo, a todos los Santos y a vos, padre espiritual, que roguéis
por mí a Dios nuestro Señor. Amen.
ACTO DE
CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre Verdadero, Criador y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo
sobre todas las cosas, a mí me pesa de todo corazón de haberos ofendido, y
propongo firmemente de nunca más pecar, de confesarme, de cumplir la penitencia
que me fuere impuesta, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos;
ofrézcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos los pecados y
confío en vuestra divina bondad y misericordia infinita me los perdonaréis por
los méritos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia
para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi
vida. Amen.
Oración breve para ofrecer,
por la mañana, a honra y gloria de Dios todas las obras del día: Yo os doy
gracias, Dios mío, por todos los beneficios que de vuestra liberal mano he
recibido, y con especialidad por haberme dejado llegar a este día, en el que a
honra y gloria vuestra os ofrezco todos mis pensamientos, palabras y obras, por
la sangre y méritos de Jesucristo, y firmemente propongo, con vuestra gracia, de
no ofenderos en él; socorredme, pues, Señor, con vuestros auxilios para
practicarlo así por los méritos de Jesucristo, de su Santísima Madre y de todos
los Santos. Amen.
[ACTOS DE FE, ESPERANZA Y
CARIDAD
ACTO DE FE
Creo en Dios Padre; creo en
Dios Hijo; creo en Dios Espíritu Santo; creo en la Santísima Trinidad, tres
Personas distintas y un solo Dios verdadero. Creo en los misterios de la
Encarnación, vida, Pasión y muerte, Resurrección y Ascensión de mi Señor
Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Creo igualmente, porque Dios lo ha
revelado, todo cuanto cree y enseña con autoridad infalible la Santa Iglesia
Católica, Apostólica, Romana, y en esta fe protesto y quiero vivir y
morir.
ACTO DE
ESPERANZA
Espero en Dios Padre; espero
en Dios Hijo; espero en Dios Espíritu Santo. Espero, Dios mío, que por los
méritos infinitos de mi Señor y Salvador Jesucristo, me daréis la vida eterna
que misericordiosamente habéis prometido a los que os sirvan fielmente con
buenas obras, que propongo practicar con el auxilio de vuestra divina
gracia.
ACTO DE CARIDAD
Amo a Dios Padre; amo a Dios
Hijo; amo a Dios Espíritu Santo; amo a mi Señor y Redentor Jesucristo. Os amo,
Dios mío, sobre todas las cosas, porque sois infinitamente bueno y digno de ser
amado. Amo a María Santísima, Madre de Dios y Señora nuestra, y, por amor de
Dios, amo a mi prójimo como a mí mismo.
ROSARIO DE LA SANTÍSIMA
VIRGEN
Por la señal, etc. Acto de
contrición, Señor mío Jesucristo,etc.
LUNES Y JUEVES
Misterios gozosos del
Santísimo Rosario.
Primer misterio: La
Encarnación del Hijo de Dios. Un Padre nuestro, diez Avemarías y un Gloria
Patri.
Segundo misterio: La
Visitación de nuestra Señora.
Tercer misterio: El
Nacimiento del Hijo de Dios.
Cuarto misterio: La
Purificación de nuestra Señora.
Quinto misterio: El niño
perdido y hallado en el Templo.
Puede concluirse con la
letanía.
MARTES Y VIERNES
Misterios dolorosos del
Santísimo Rosario.
Primer misterio: La oración
del Huerto.
Un Padre Nuestro, diez
Avemarías y un Gloria Patri.
Segundo misterio: Los Azotes
a la Columna.
Tercer misterio: La
Coronación de Espinas.
Cuarto misterio: La Cruz a
cuestas.
Quinto misterio: La
Crucifixión de Nuestro Señor.
Puede concluirse con la
letanía.
DOMINGO, MIÉRCOLES Y
SÁBADO
Misterios gloriosos del
Santísimo Rosario.
Primer misterio: La
Resurrección de Nuestro Señor.
Un Padre Nuestro, diez
Avemarías y un Gloria Patri.
Segundo misterio: La
Ascensión del Señor.
Tercer misterio: La Venida
del Espíritu Santo.
Cuarto misterio: La Asunción
de Nuestra Señora.
Quinto misterio: La
Coronación de Nuestra Señora.
Puede concluirse con la
letanía.]
LETANIA DE NUESTRA
SEÑORA
Kyrie eleison. Christe
eleison. Kyrie eleison. Christe, audi nos. Christe, exaudi nos. Pater de coelis
Deus. Miserere nobis. Fili Redemptor mundi Deus. Miserere nobis. Spiritus Sancte
Deus. Miserere nobis. Sancta Trinitas unus Deus. Miserere nobis.
Sancta María.
Sancta Dei Genitrix.
Sancta Virgo Virginum.
Mater
Christi. Mater
Divinae
gratiae.
Mater Purissima.
Mater Castissima.
Mater Inviolata.
Mater Intemerata.
Mater Immaculata.
Mater Amabilis.
Mater Admirabilis.
Mater Creatoris.
Mater Salvatoris.
Virgo Prudentissima.
Virgo Veneranda.
Virgo Praedicanda.
Virgo Potens.
Virgo Clemens.
Virgo Fidelis.
Speculum Justitiae.
Sedes Sapientiae.
Causa nostrae lactitiae.
Vas Spirituale.
Vas Honorabile.
Vas Insigne devotionis.
Rosa Mystica.
Turris Davidica.
Turris Eburnea.
Domus Aurea.
Foederis Arca.
Janua Coeli.
Stella Matutina.
Salus Infirmorum.
Refuginm Peccatorum.
Consolatrix
Affictorum.
Auxilinm
Christianorum.
Regina Angelorum.
Regina Patriarcharum.
Regina Propletarum.
Regina Apostolorum.
Regina
Martyrum.
Regina
Confessorum.
Regina Virginum.
Regina Sanctorum
omninm.
Agnus Dei, qui tollis
peccata mundi. Parce nobis, Domine.
Agnus Dei, qui tollis
peccata mundi. Exaudi nos, Domine.
Agnus Dei, qui tollis
peccata mundi. Miserere nobis.
Ora pro nobis Sancta Dei
Genitrix. Ut
digni efficiamur promissionibus Christi.
Oremus.
Gratiam tuam quaesumus, Domine, mentibus nostris infunde, ut qui, Angelo
nuntiante, Christi Filii tui incarnationem cognovimus, per passionom eius et
crucem ad resurrectionis gloriam perducamur per eumdem Christum Dominum
nostrum.
R:: Amen.
EL MODO DE AYUDAR A
MISA
Sacerdote:
In
nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen. Introibo ad altare
Dei.
Respondo: Ad Deum, qui lactificat
juventutem mea»..
S.: Judica me Deus, et
discerne causam mea». de gente non sancta, ab homine iniquo et doloso erue
me.
R: Quia tu es Deus fortitude
mea: quare me repulisti et quare tristis incedo, dum afligit me
inimicus.
S.:
Emitte lucem tuam et veritatem tuam, ipsa me deduxerunt et adduxerunt in montem
sanctum tuum et in tabernacula tua.
R:
Et
introibo ad altare Dei, ad Deum qui lactificat juventutem meam.
S.:
Confitebor tibi in cithara Deus, Deus meus, quare tristis est anima mace, et
quare conturbas me?
R:
Spera
in Deo, quoniam adhuc confitebor illi: salutare vultus mei et Deus
meus.
S.: Gloria Patri, et Filio,
et Spiritui Sancto.
R:
Sicut
erat in principio et nunc et semper, et in saccula sacculorum. Amen.
S.:
Introibo ad altare Dei.
R:
Ad
Deum, qui lactificat juventutem mea»
S.:
Adjutorium nostrum in nomine Domini. R: Qui fecit coelum et
terra»..
S.: Confiteor Deo
omnipotenti, etc.
R: Misereatur tui omnipotens
Deus, et dimissis peccatis tuis perducat te ad vitam aeternam.
S.: Amen.
R.: Confiteor Deo omnipotenti,
Beatae Mariae semper Virgini, Beato Michaeli Archangelo, Beato Joanni Baptistae,
Sanctis Apostolis Petro et Paulo, omnibus Sanctis et tibi, Paler, quia peccavi
nimis cogitatione, verbo et opera mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa: Ideo
precor Beatam Mariam semper Virginem, Beatum Michaelem Archangelum, Beatum
Joannom Baptistam, Sanctos Apostolos Petrum et Paulum, omnes Sanctos et te
Pater, orare pro me ad Dominum Deum nostrum.
S.: Misereatur vestri
omnipotens Deus, et dimissis peccatis vestris perducat vos ad vita».
aeternam.
R: Amen.
S.: Indulgentiam,
absolutionem et remissionem peccatorum nostrorum tribuat nobis omnipotens et
misericors Dominus.
R: Amen.
S.: Deus tu conversus
vivificabis nos.
R: Et pleus tua lactabitur in
te.
S.: Ostende nobis, Domine,
misericordiam tuam.
R: Et salutare tuum da
nobis.
S.: Domine exaudi orationem
meam.
R: Et clamor meus ad te
veniat.
S.: Dominus
vobiscum.
R: Et cum spiritu
tuo.
S.: Oromus. Aufer a nobis,
etc.
S.:
Kyrie eleison.
R:
Kyrie
eleison.
S.:
Kyrie eleison.
R:
Christe
eleison.
S.:
Christe eleison.
R:
Christe
eleison.
S.: Kyrie
eleison.
R: Kyrie eleison.
S.: Kyrie
eleison.
S.: Dominus
vobiscum.
R: Et cum spiritu
tuo.
S.: Per omnia saccula
sacculorom.
R: Amen.
Acabada la
Epístola
R: Deo gratias.
S.: Dominus vobiscum.
R: Et cum spiritu
tuo.
S.: Sequentia Sancti
Evangelii secundum, etc. R: Gloria tibi Domine.
Acabado el Evangelio
primero
R:
Laus
tibi, Christe.
S.:
Orate fratres.
R.:
Suscipiat Dominus sacrificium de manibus tuis laudem. et gloriam nominis sari,
ad utilitatem quoque nostrum, totiusque Ecclesiae suae sanctae. R: Amen.
Cuando dice el
Prefacio
S.: Per omia saecula
sacculorum.
R.: Amen.
S.: Dominus
vobiscum.
R: Et cum spiritu
tuo.
S.: Sursum
corda.
R: Habemus ad
Dominum.
S.: Gratias agamus Domino
Deo nostro.
R:
Dignum
et justum est.
Después del Pater
noster
S.: Et ne nos induces in
tentationom.
R: Sed libera nos a
malo.
S.: Pax Domini sit semper
vobiscum.
R: Et cum spiritu
tuo.
S.: Ite Missa est, o
Benedicamus Domino.
R: Deo gratias.
S.:
Requiescant in pace.
R:
Amen.
S.:
Pater et Filius et Spiritus Sanctus.
R: Amen.
S.: Dominus
vobiscum.
R: Et cum spiritu
tuo.
S.: Sequentia Sancti
Evangelii secundum, etc.
R: Gloria tibi
Domine.
R: Deo Gratias.
Acabado el Evangelio
último
ORACIÓN DEL SANTO
SUDARIO
Dios que nos dejaste la
señal de tu pasión en la Sábana Santa, en la cual fue envuelto tu Cuerpo
Santísimo cuando por José fuiste bajado de la Cruz; concédenos, piadosísimo
Señor, que por tu muerte y sepultura seamos llevados a la gloria de la
resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo,
Dios por todos los siglos de los siglos. Amen.
Dulce Jesús de mi vida, que
en la cruz estáis por mí; en la vida y en la muerte, Señor, acordaos de
mí.