IDENTIDAD CATÓLICA |
¡Salve,
esclavos!
¿Por
qué permanecemos dóciles?
Todos hemos observado el
proceso inexorable de la deserción en amigos y camaradas. Tras unos comienzos
fulgurantes en la juventud (generalmente sin norte), en los que todo es posible,
con el paso de los años se van...nos van domesticando. Haciéndonos herbívoros,
animales para el matadero. La presión del condicionamiento es muy fuerte. Por
la falta de formación adecuada o por la carencia del temple necesario, lo que
antes era ilusión y fe se truecan en desesperanza y resignación. No hay
maestros.
De manera semejante ocurre con la religión. Los que aún no han sufrido la extirpación de la fe, del sentido moral fundamentado en algo externo a nuestra conciencia, Dios, tienen en la Sagrada Biblia y en la verdadera historia de la Iglesia, la piedra maestra sobre la que edificar su despertar. Y sin embargo no leemos la Palabra de Dios, y muchas veces la leemos sin atención.
¿Por
qué ocurre esto? ¿Y cómo evitarlo?
A pesar de lo que vamos conociendo materiales censurados, marginados,
prohibidos (libros, cientos de artículos y noticias, etc.), en gran medida
gracias a Internet, llega un momento en que la mera acumulación de datos no
produce efectos positivos. Se hunden en un pozo.
Si partimos de la base
que se ha alcanzado una formación adecuada en materia religiosa o política, sólo
nos queda la explicación de la elección personal. La vida cómoda, el
facilismo moral, la falta de carácter...
En ciertos
ambientes orientales, se habla mucho del ser que cree que está despierto cuando
en realidad duerme. Nosotros somos durmientes, hechizados por medios tecnológicos
y por medios sobrenaturales. Por eso sorprende tanto el estado de postración de
las masas y aún de las minorías.
Cuando
realmente creemos en algo, eso no deja ya nunca de estar presente en nuestras
vidas.
Vamos a
poner un símil. Cuando un joven cae en la adicción a las drogas o resulta
captado por una secta destructiva, termina siendo un esclavo de una sustancia o
de un lavado de cerebro.
Estamos
programados y necesitamos iniciar una desprogramación.
Eso nos
ocurre hoy: programados por una secta de poder mundial, que lo controla todo
(televisión, escuelas, cine, música, editoriales, etc.) Para salir de esa
esclavitud, primero hay que quererlo intensamente. Se trata de un acto de
voluntad, "La espina dorsal del hombre". Luego hay que romper con el
entorno opresivo y los lazos más fuertes, iniciando una desintoxicación o una
desprogramación gradual ( recordemos que el condicionamiento ha durado años).
. Sustituir lo malo por lo bueno, lo que mata el espíritu de lucha por lo que
lo estimula.
1º Debemos
hacernos una idea de qué nos sucede. Lecturas apropiadas, reflexión, etc.
2º Hay que
ir rompiendo lazos con el Sistema de lavado de cerebro poco a poco. La televisión
es el pilar de su poder. Hay programas más nocivos que otros (documentales,
deportes, algunas películas, realizan un menor condicionamiento). La música
infernal debe ser sustituida por sonidos normales (clásica, folk, celta,
gregoriana, militar, country, etc). Deporte, etc.
3º Y
realizar trabajos productivos para nuestra Causa. Un apostolado según nuestros
talentos y según nuestros carismas. Sed astutos como serpientes...
A medida que vayamos siendo conscientes de la
situación, podremos recobrar el sentido de la libertad que nos han arrebatado.
La dimensión
religiosa de la coacción que sufrimos es más difícil de percibir que la
propagandística. Aún siendo hoy persona religiosa, es muy probable que lo
seamos al servicio del Rey del Mundo, inconscientemente.
Nos
encadenan la adoración al Oro y la idolatría del Sexo. El alcohol...la
gula...son lastres que nos atan a las galeras. Algunos parecen querer ahogar al
enemigo en alcohol...pero en sí mismos. Todas las grandes multinacionales de
bebidas alcohólicas están en manos de los hijos del Demonio. Observen lo que
han hecho con Rusia, ahogada en vodka...
En un mundo
en ruinas no estoy apelando exclusivamente aquí por la santidad del
monje-guerrero. No hay tiempo para una tal transformación de los pueblos y de
las personas. Quién sienta la vocación en su totalidad podrá ayudar a los demás.
Pero sí que podemos todos regenerar nuestros espíritus y dejar la esclavitud
de los enemigos de todos los hombres. Prepararnos como atletas (San Pablo) para
la lucha, llegar al momento decisivo en las mejores condiciones.
Al final, fe y voluntad.
Existe un libro excelente para reflexionar
sobre estas cuestiones. La emboscadura de Ernst Jünger. En Internet se
puede encontrar con facilidad con el buscador que recomendamos en la sección de
enlaces. A continuación copiamos varias citas significativas:
“Mientras se hallan en proceso de ascenso, la dictaduras viven en gran parte del hecho de que aún no haya sido posible descifrar sus jeroglíficos. Hasta más tarde no encuentran su Champollion, el cual, ciertamente, no restituye la antigua libertad. Pero sí enseña a dar una respuesta correcta”.
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“La materia se ha compactado en muros que parecen impedir toda perspectiva; sin embargo, la abundancia se halla muy cerca, pues está viva en el ser humano como el talento de que habla la parábola, como su herencia sobretemporal. Del hombre depende que tome el cayado únicamente para apoyarse en él durante el viaje por la vida o que lo empuñe como cetro”.
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“¿Qué armas debemos poner en manos de quienes aspiran enérgicamente a salir de esos yermos que son los sistemas racionalistas y materialistas, pero continúan sujetos a la coacción de su dialéctica? El sufrimiento de esos hombres los hace vislumbrar un estado superior. Hay métodos para fortalecerlos en esa dirección y resulta irrelevante que al principio sean ejercitados de manera mecánica. Se asemejan a los ejercicios destinados a devolver la vida a los ahogados, que también son ejecutados mecánicamente al principio. La respiración y los latidos del corazón llegan después.
Se insinúa aquí la posibilidad de una nueva Orden. De igual manera que la Contrarreforma católica fue en su esencia la réplica de la Reforma protestante y fue fortalecida por ésta, así también cabe pensar en un movimiento espiritual que busque como campo de batalla el nihilismo y saque de él su configuración, como imagen reflejada en el espejo del ser. Así como los misioneros hablan con los indígenas en el idioma de éstos, también resulta recomendable adoptar idéntica conducta en el trato con quienes han sido educados en la jerga de las ciencias. En verdad aquí se deja notar que las Iglesias no han caminado a la par que las ciencias. De otro lado, algunas de las ciencias particulares están penetrando en zonas donde resulta posible mantener un diálogo sobre cuestiones medulares.
Sería de desear un libro que llevase este título: Pequeño catecismo para ateos. Si un poder espiritual vigoroso adelantase, a modo de bastión avanzado, una obra como ésa, tendría efectos contra numerosos espíritus gnósticos cuyos esfuerzos van en esa misma dirección. Muchas diferencias se basan simplemente en la terminología. Un ateo fuerte causa siempre un efecto más grato que el hombre común con su indiferentismo; y lo causa porque el ateo fuerte piensa sobre el mundo como totalidad. Además, no raras veces se hallará en él una actitud que concede espacio a las cosas elevadas; por este motivo son también los ateos del siglo XVIII unos genuinos «espíritus fuertes» y resultan más agradables que los ateos del siglo XIX.”
En el camino nos pueden ayudar muchas cosas: Dios escribe recto con renglones torcidos. Filosofía, mitologías, artes marciales, deporte, política, ...pero no confundir el medio con el fin. No terminar siendo un culturista que cree que Zeus o Marte existen...
¡DESPERTAD, HERMANOS EN CRISTO, ASPIRAD AL MENOS A LA CONVICCIÓN Y PERSEVERANCIA DE NUESTROS ENEMIGOS!