IDENTIDAD CATÓLICA

     

           El ultimo genocidio judío. Abril 2002.

             Cuando veo a los soldados judíos tatuando números en los cuerpos de los palestinos detenidos, torturándolos como sacrifican a sus animales según el rito del kosher, señalando las casas con cruces para destruirlas con excavadoras o con explosivos...no quiero vivir en este mundo bajo la "Pax Judaica". Me produce tal dolor y desesperación, que sólo me consuela la Justicia Divina.

            Pero no es suficiente. Estamos obligados a imponer la justicia y la paz verdadera en la Tierra.  También a defender a los niños de los pederastas y las drogas, a defender a los débiles de la usura y las injusticias, a defender a los no nacidos de los asesinatos inmundos que se perpetran a diario por millares y a defender a las mujeres de los tratantes de esclavos y del terrorismo psicológico de la moda, la esterilidad "voluntaria" y las dietas... pero no hacemos nada.

            Cuando un pueblo desesperado, abandonado por todo el mundo y por los dirigentes de otras naciones musulmanes (aunque no por sus pueblos), se defiende como puede del Gran Satán, de la Sinagoga del Demonio, los medios de desinformación caen mudos de rodillas ante el Amo. Potencia nuclear, biológica y química (posiblemente quinto lugar) que no firma ningún acuerdo de control internacional. Las izquierdas con el bozal callan como perros mudos. ¿Dónde está Amnistía Internacional? ¿Incluso Greenpeace? Se preocupan más por una cría de ballena que por los niños palestinos o iraquíes (ya han muerto más de 500.000 por el embargo).

            Para quien no sepa nada sobre los verdaderos poderes del mundo, puede resultar incomprensible la pasividad de la "comunidad internacional". Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Rusia...todos están cautivos de la Araña Mundial que teje sus hilos de oro, de corrupción, de decadencia, nutriéndose de cráneos palestinos, de sangre rusa y alemana, de esclavos africanos y asiáticos, de carne de niños iraquíes, de corrupción de niños y niñas...cual Moloch moderno.

            A veces pienso cómo nos juzgará Jesucristo, Dios Hijo, por no impedir tan monstruosos crímenes. Tenemos miedo, somos demasiado cobardes y estúpidos para enfrentarnos seriamente al Enemigo. Pero pensamos (yo el primero) que acallamos nuestras conciencias haciendo un 1% de lo que podríamos, sabiendo en instantes de lucidez que en el Juicio Final no habrá lugar para los tibios: los malvados serán echados en bloque al Infierno (¿Hay infierno lo suficientemente doloroso para esta "raza de víboras", como los llamó Dios?)

            Un pueblo que se defiende desesperado del exterminio que ha tenido lugar en los últimos milenios, desde los cananeos, egipcios, persas, cristianos romanos hasta los palestinos o los iraquíes de hoy día, pasando por 6 millones de ucranianos en los años 30, 10 millones de alemanes, 50 millones de chinos, más de 50 millones de rusos...

            He aquí unos ejemplos de masacres judías del Antiguo Testamento que bien podrían aparecer en cualquier periódico de nuestros días:

             " El mismo día Josué tomó Maquedá y la pasó a filo de espada, a ella y a su rey: los consagró al anatema con todos los seres vivientes que había en ella..." (Josué 10, 28).

             "Por entonces fue Josué y exterminó a los anaquitas de la Montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel: los consagró al anatema con sus ciudades. No quedó un anaquita en el país de los israelitas..." (Josué 11, 21-22).  

    Así está repleto el Antiguo Testamento de las matanzas judías, que Dios ha querido que queden imborrables para vergüenza de ese pueblo del que dijo Papini que Cristo eligió por no haber entonces ningún otro capaz de matarlo en toda la Tierra. Dijo el Divino Maestro que si en Sodoma y Gomorra se hubieran hecho los milagros que Él había hecho entre los judíos, se habrían convertido. Amalecitas, cananeos, madianitas..todos exterminados hasta el último ser viviente. Genocidios ayer y hoy.

            Dos mil años después, la bestia sentada en el trono de Dios, destruye en esta ocasión los símbolos del Cristianismo: la Basílica de la Natividad (donde estuvo el Portal de Belén), la misma ciudad de Belén (cual Herodes moderno), etc. Y a los llamados cristianos les importa bien poco...quizás porque lo hacen gentes que tienen "la misma sangre que Jesús y la Virgen María...". Horrible blasfemia, supremo sacrilegio el de este mundo entregado al Anticristo, que repiten necios cristianos católicos y protestantes sin saber lo que dicen...o sabiéndolo.

            Se acercan los tiempos del Anticristo, vivimos ya en ellos. Tiempos de costumbres satánicas que pervierten a los niños y a nosotros, que estamos corrompidos desde que ponemos un pie en el mundo. Ellos, el pueblo maldito y deicida, están a la cabeza de todo lo malo aunque no todo el mal proviene de ellos (aborto, asesinatos mafiosos, tráfico de drogas, de órganos, pornografía, industrias del juego, del cine y del alcohol, etc). Han creado una ilusión pervertida que nos impide percibir la realidad. Nos matarían el alma, si esto fuera posible.

            ¡Que Dios nos perdone y los condene a ellos!

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